Deportivo Uriburu tiene una “vida” más. Después de zafar del descenso directo en la última fecha del Clausura de la Liga Cultural de fútbol, ayer remontó dos veces el trámite en el desempate ante Deportivo Matadero y se impuso por penales para garantizarse un lugar en la Promoción, instancia en la que intentará revalidar su condición de equipo de Primera División.
El Torito santarroseño, en cambio, no pudo escapar a la última posición cuando en la fecha final dependía de sí mismo, y ayer no logró mantener las ventajas que había sacado tanto en el partido como en la definición por penales, por lo que terminó cayendo y perdió la categoría.
Ante un gran marco de público en el estadio Nuevo Rancho Grande de Villa Alonso, Uriburu se impuso 4 a 3 por penales en el desempate ante Matadero, luego de igualar 1 a 1, y ahora jugará la Promoción ante El Pampero de la Colonia Santa María, que fue segundo en la Primera B y que buscará el ascenso.
La serie, a dos partidos, comenzará el próximo domingo en cancha del elenco sureño y se definirá siete días después en terreno del Canario, que solamente contará con la ventaja de localía por ser de una categoría superior.
Pero esa ya será otra historia, porque ahora aún festeja la que escribió ayer, con el experimentado Gastón Lezcano empatando el partido en un momento clave y con el juvenil arquero Danilo Guzmán atajando un penal decisivo en la definición.
Superior.
Deportivo Uriburu fue más que Deportivo Matadero. Desde que comenzó el juego en Villa Alonso los dirigidos por Marcelo “Marucha” Fernández tomaron la iniciativa de la mano de muchos pibes, tratando de copar el mediocampo y de sorprender con pelotas largas.
Del otro lado, los de Alfredo Sauro le daban prioridad al orden defensivo y cada tanto se animaban a cruzar la mitad con algún envío o corrida a los espacios.
Pero las presiones de un partido para no descender se notaban a cada paso. Ninguno se atrevía a pasarse la pelota en el medio y cada falta a favor terminaba con un pelotazo al área buscando una cabeza salvadora.
En ese contexto el que mejor se fue acomodando fue el Canario, porque Gastón Lezcano encontró espacios entre Hugo Balquinta y los dubitativos centrales del Torito, y desde allí abrió un par de veces el juego, permitiéndole a los de Uriburu llegar por las puntas o en diagonales. En la más clara, Tomás Relinqueo picó al espacio y perdió en la definición por una buena reacción de Roberto Machado.
Matadero comenzó a acomodarse con el transcurrir de los minutos, especialmente luego del tempranero ingreso de Nicolás Baronio en lugar de Bruno López, lo que le permitió a los centrales adelantarse unos metros y achicar los espacios libres con la línea media.
Esa situación soltó un poco más al resto y los santarroseños llegaron un par de veces al área rival con Iñaki Benvenuto, Wendy Benvenuto, Angel Kowalczuk o Emanuel Fernández.
El cierre de esa primera parte, sin embargo, volvió a ser favorable al Canario, que tuvo un par de posibilidades claras de marcar. Primero le anularon un gol por offside a Tobías Ondicola (también habían anulado otro a Relingueo) y después Lezcano le dio al travesaño y en el rebote Machado contuvo ante el remate de Relinqueo.
Goles.
El complemento comenzó con Uriburu golpeando las puertas del gol, por un pique al espacio de Relinqueo y su definición rozando el travesaño al minuto. Pero el que abrió el partido a los 4 fue Matadero gracias a una genialidad de Wendy Benvenuto, quien ejecutó un córner cerrado, aprovechando la baja estatura del arquero rival, y marcó un golazo olímpico para el 1 a 0.
El cachetazo dejó tambaleando al Canario, que por momentos perdió el eje del encuentro y le permitió al Torito llevar el juego a su favor, luchando en cada pelota, sacando lejos de su arco y anestesiando el trámite.
El DT Fernández tiró a la cancha todo lo que tenía a disposición, aún cuando algunos no estaban físicamente al 100% (Cristian Baldissoni y Franco Herbsommer se la jugaron porque se trataba de un partido definitorio), y poco a poco empezó a llevar el juego cerca del área de Machado, empujando, con centros y pelotas paradas.
Estuvo muy cerca del empate con un remate de Leonel González al travesaño, pero no lograba generar situaciones claras y Matadero hacía su negocio.
Hasta que Lezcano, quien cambiaba la ecuación en el primer tiempo y en ese complemento estaba controlado (Tomás Díaz ingresó para seguirlo a todos lados), apareció en una pelota parada e igualó las acciones: iban 36 minutos cuando el Narigón se sacó la marca de encima en el área, fue a buscar un centro bajo y definió con gran categoría para desviar el balón y clavarlo junto a un palo.
Sufriendo.
Los penales, luego de unos minutos finales intrascendentes y muy peleados, llegaron para definir quién descendía y quién se ganaba una nueva oportunidad para mantener la categoría. Y como le ocurrió a lo largo de todo el torneo, Uriburu supo reponerse de un comienzo adverso y, luego de sufrir, terminó festejando.
La serie la abrió Wendy Benvenuto marcando para Matadero y Machado atajándole el remate a Baldissoni, para que el Torito se ponga 1-0 arriba. En la segunda tanda, Franco González tiró su penal afuera y Leonel González igualó para los de Uriburu.
En ese momento apareció la figura del juvenil Guzmán, que le atajó el penal a Emanuel Fernández, y Herbsommer puso al Canario arriba 2-1. Baronio le dio vida a los santarroseños y Machado tapó el remate de Ondicola para que todo quede 2-2 con un penal por patear a cada uno.
Machado y Lezcano no fallaron y la serie terminó 3 a 3. El sexto penal para Matadero lo pateó Omar Olmedo y su remate se fue muy alto. El cierre quedó en los pies de Facundo Fernández, que definió con clase y cerró la tarde con el 4-3 que le dio una “vida” más a Deportivo Uriburu.
“Más difícil que una final”.
El entrenador del Deportivo Uriburu, Marcelo “Marucha” Fernández, celebró de manera medida junto a sus jugadores por obtener “una vida más” en este juego por la permanencia en la Primera A de la Liga Cultural de fútbol, al tiempo que destacó la importancia del triunfo en este partido, que tuvo que afrontar con muchos juveniles.
“Este era un partido más difícil que una final, porque perder te condena a la B; en cambio en una final si la perdés te quedás con el consuelo de que llegaste hasta ahí, que no es poco”, reflexionó Fernández.
“Por eso esto es mucho más difícil, especialmente porque la jugamos con muchos chicos, con un equipo muy joven. Y la sacamos bien, lo que es muy valorable”, añadió el DT, quien al finalizar el encuentro recibió el respetuoso saludo de su par, Alfredo Sauro, quien aún inmerso en la tristeza por el descenso, saludó y se retiró con la cabeza en alto al igual que cada uno de sus dirigidos.
“Este partido ya pasó. Todos tenemos en claro que falta mucho todavía, por eso vamos a festejar hoy y mañana nos ponemos a pensar en la Colonia”, cerró Fernández, haciendo referencia a la Promoción que se viene.