Redacción 02/09/2024 – 00.12.hs
All Boys se llevó ayer mucho más que tres puntos de Villa Alonso en la segunda fecha de la Zona A del Torneo Provincial de fútbol “José Aragonés”. Le ganó el clásico a General Belgrano por 2 a 1, quedó como único líder con puntaje ideal y sumó confianza de cara a lo que viene, porque supo dominar en un terreno difícil y mostró carácter para sobreponerse cuando el Tricolor lo empató.
Nicolás Ovando puso en ventaja al Auriazul a los 18 minutos de la primera parte, Emanuel Martini lo igualó de penal a los 13 del complemento para los locales y Agustín Servetto logró el 2 a 1 que sería definitivo a los
Con este triunfo en el Nuevo Rancho Grande, All Boys quedó como el único líder de la Zona A con puntaje ideal, superando por tres unidades a su rival de ayer y a Racing Club de Eduardo Castex, que en el otro partido del grupo le ganó 1 a 0 a Juventud Regional de Miguel Cané (ver página 18).
Polémica y ventaja.
El clásico -con menos gente en las tribunas de la que se esperaba para un choque de estas características en el certamen más importante de la provincia- comenzó movidito, porque a los 2 minutos se dio una de las grandes polémicas de la tarde: Jerónimo Gutiérrez dominó la pelota en el área de Belgrano y cuando eludió al arquero fue derribado por el propio José Urigüen, pero el árbitro Paolo Macchi entendió que no fue penal.
Más allá de las tibias protestas visitantes, la jugada fue una muestra de lo que sería la mayor parte del primer tiempo, con el Auriazul punzante, vertical y decidido, ante un Belgrano roto en el medio y que le daba libertades a Gastón Palma para manejar la pelota.
El mismo Palma, luego de un par de intentos frustrados por la defensa, buscó y encontró el receptor en el momento ideal a los 18 minutos, con un centro-pase a la cabeza de Ovando, quien entrando en soledad colocó la pelota contra un palo para el 1 a 0.
Belgrano no lograba salir del acecho visitante. Defendía muy cerca de su área y cuando la recuperaba la perdía rápidamente con pelotazos largos o apuros imprecisos. Seguía sin encontrar a Palma, usina del fútbol de All Boys, y empezaba a perder también por el centro de su defensa ante la movilidad de Gutiérrez, Ovando y Giuliano Guinchinao. Incluso dos minutos después del gol el mismo Guinchinao tuvo el segundo, pero Urigüen lo evitó tapando el mano a mano.
En esos pasajes también lo tuvo Mariano Nagore -siempre potente y fuerte, pero apurado-, con un cabezazo después de un córner que se fue junto a un palo.
El Tricolor recién experimentó una recuperación promediando la etapa con alguna corrida de Arturo González Carabalí, algún centro de Jonathan Fensel y la movilidad de Martini. La más clara la tuvo Carabalí, con un remate que sacó muy bien Lautaro Guaraglia, quien también ganó un rato después al anticiparse a una definición de Martini. Pero sólo fue un oasis para el local, que en general nunca pudo sobreponerse al dominio visitante.
Con jerarquía.
El inicio del complemento mostró a un Belgrano más decidido. Obligado para ir en busca del empate dio un paso al frente desde su postura en el campo y, aún arriesgando más en defensa, logró llevar el juego a terreno alboyense.
A los 2 minutos avisó Carabalí con un tiro libre que picó antes de llegar al arco y que fue despejado por Guaraglia en dos tiempos, y con pelotas paradas empezó a complicar a un All Boys más replegado y estático.
Y tras una jugada en el área, cuando All Boys había despejado y salía, llegó el penal que le daría el empate a Belgrano: Macchi vio un golpe que le dio Braian Alvarez a Lautaro Haberkon, sin pelota, y no dudó en marcar la falta y amonestar al visitante.
Martini se hizo cargo de la ejecución a los 13 minutos, luego de discutir con Luciano Andrada -también quería patearlo-, y en su segundo intento -el primero se lo anularon por invasión- marcó el empate para el Tricolor.
Con el 1 a 1 en el marcador el partido se tornó enredado, friccionado y con un ida y vuelta poco claro y sin dominador. Belgrano mostró sus garras luego del empate y amenazó con ir por más, pero All Boys respondió con un cambio que modificó todo: a los 15 minutos ingresó Servetto, que había sido una de las figuras en el debut ante Racing de Castex (sorprendió que ayer estuviera entre los suplentes), y con sus corridas por izquierda, diagonales hacia el área y contundencia cambió la historia.
El Demonio se asoció bien con Gutiérrez y Palma y se entendió rápidamente con Ovando y Guinchinao para que la visita, apoyada en la jerarquía de sus nombres, volviera a tomar las riendas. El gol del triunfo llegó a los 26 minutos luego de un recupero alto de Palma y un centro al área, donde Gutiérrez amontonó marcas y Servetto sorprendió entrando por el segundo palo, para controlar y definir al otro poste con categoría.
El Tricolor sintió el impacto. Peleando y con empuje había emparejado las acciones, pero nada pudo hacer ante la clase de los jugadores alboyenses, que aparecieron en el momento más complicado y dieron una muestra de carácter para volver a dominar.
Insistió el local con algún centro (en la más clara peinó Martini y nadie llegó a empujar), pero su momento ya había pasado y la visita ya era dueña otra vez del clásico. Y así lo fue hasta el final, para celebrar ante su gente un triunfo que le dio mucho más que tres puntos.